Monday, September 5, 2011

SON TODOS LOS BEBÉS IGUALES?

Cada vez son más los estudios que muestran que el bebé nace con más capacidades perceptuales y de aprendizaje de lo que se pensaba antes. Su desarrollo emocional tiene como punto de partida la relación con su primer objeto, la madre, que comienza aun antes de nacimiento, con la fecundación o quizá previamente, con las fantasías que esa madre tenía acerca de su futuro hijo Pero espere un momento, dice que este no es el bebé que usted soñaba? • ¿Es más difícil de tranquilizar? • ¿Se retuerce más? • ¿Parece irritable? • ¿No le gusta que lo tomen en brazos? • ¿Usted está confundida, incluso un poco enfadada? • ¿Puede que incluso arrepentida? No está sola. Durante meses de embarazo, todos los padres llegan a hacerse una imagen idealizada de cómo va a ser su bebé. El período de ajuste puede durar desde unos pocos días hasta semanas. Por supuesto, con frecuencia el impacto llega cuando los padres esperaban e imaginaban un bebé tranquilo y suave, pero tienen una experiencia muy diferente. Durante los primeros días, mientras su recién nacido esta todavía durmiendo para reponerse, creen que su sueño se hizo realidad. De repente, todo cambia y tienen un bebé vigoroso e impulsivo en sus manos. • ¿Qué hicimos? es la primera reacción. • ¿Qué podemos hacer? Viene después. El primer paso es reconocer su desilusión y después ajustar sus expectativas de acuerdo a la realidad. Olvide sus deseos. Debe manejar la realidad de quien es su hijo, y saber qué es lo mejor para su hijo. Si observa y escucha con atención a su bebé, este le dirá precisamente lo que necesita y como ayudarlo en las situaciones difíciles. Es más, esta clase de comunicación y de comprensión harán la vida de su hijo un poco más fácil, porque usted lo ayudará a reforzar sus fortalezas y a compensar sus debilidades. Y aquí está la buena noticia: no importa qué clase de bebé tenga, a todos les va mejor cuando su vida es calmada y predecible. Es por eso que debemos a empezar a establecer en ellos una rutina, que se transformara en un hábito, y de esa manera, la primera etapa para la consecución de nuestra meta: NIÑOS EXITOSOS… estará cumplida. Hay muchas formas de clasificación con base a “ese temperamento” que trae el bebé cuando nace; para mí la que se adapta mejor a nuestras necesidades es: Los niños fáciles: son niños rítmicos, con pautas regulares de alimentación, sueño y defecación. Se adaptan bien a los cambios de situación, y normalmente están de buen humor. Les gustan las situaciones y las personas nuevas, sus reacciones son de intensidad baja o moderada. Aproximadamente un 40% de los niños son de este tipo. Los niños difíciles: son todo lo contrario. No tienen horarios, no le gustan las situaciones nuevas, ni tampoco las personas, siempre lloran y están de malhumor muy a menudo. Reaccionan muy intensamente ante los estímulos del entorno. Estas pautas las presentan un 10% de los niños. Los niños lentos: también se adaptan con mucha dificultad a las nuevas situaciones, sobre todo en las que suponen cambios importantes. Tampoco le gustan las personas nuevas. Es muy poco activo, y reacciona con muy poca intensidad ante los estímulos que llegan del ambiente. Un 15% de los niños encaja con este tipo. Curiosamente hay un 35% de niños que no encajan en ninguna de estas tipologías. Lo que significa que probablemente tienen una mezcla de las tres. En unas ocasiones su temperamento es más fácil que en otros, a veces parecen más rápidos, mientras que en otras ocasiones son más lentos. Es importante añadir que la tipología del niño afecta a su relación con los demás. No es lo mismo para una madre relacionarse con un niño de carácter fácil que difícil. Por lo tanto el propio niño, en parte, determina el tipo de intercambio socio - afectivo con las personas de su entorno. Claro que también puede suceder al contrario, y que sea el de la madre el que determine el tipo de contacto. Lo más habitual es que tenga que ser un proceso de adaptación y compensación mutua, de tal forma que el de uno se adapte en el otro y viceversa. Los tres tipos de bebés son normales, pero ameritan un manejo diferente. Un bebé hipo activo, más bien debe ser estimulado para que pueda participar en actividades con su familia, en cambio un bebé irritable le toma un promedio de 12 semanas para empezar a dormir toda la noche!!y también tiene muchas dificultades para tranquilizarse. Cualquiera que sea el temperamento del bebé, tu función es muy clara: identificar y respetar el temperamento de su él. Luego puede apoyar su crecimiento, su confianza en sí mismo y sus habilidades. Entonces qué hacer? Ante todo, tomárselo con mucha calma, vaya primero adaptándose, aprendiendo la realidad de su bebé y luego con sutileza, paciencia y mucha dulzura llevarlo hacia el ritmo que le conviene. En mi experiencia, son generalmente los adultos, no los bebés, los que crean crisis. Como padre, usted siempre debe tomar la delantera. Después de todo, usted sabe más que su bebé. A pesar de que los bebés vienen al mundo con su propio temperamento único, las acciones de los padres definen su personalidad definitiva. Independientemente del tipo de su bebé, recuerde que los hábitos que desarrolle están en sus manos. “Piense en el bebé como el portador de un maravilloso reto en la vida después de todo; cada uno de nosotros tiene una multitud de lecciones que aprender en la vida y nunca sabemos qué o quién va a ser el profesor. En este, caso es su bebé”. Juana Frontera-Fogel MD, Ed.M.S.

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