Monday, September 5, 2011

EDUCACION Y DISCLIPLINA: Como Fomentar la obediencia

Cuando el niño comienza una vida más abierta, sociable y empiezan influencias externas a las de su familia. La ansiedad de ejercer este nuevo sentimiento de libertad obliga a los padres a orientar a su hijo sobre cómo actuar en determinadas situaciones. En esta etapa, el niño desea hacer valer su nueva independencia. Frecuentemente, cuestiona las órdenes de sus padres aunque, por su bien, debe aprender a acatarlas a través del sentido de la obediencia El ejercicio de la obediencia enriquece la personalidad del niño porque lo impulsa a pensar, a elegir y a ejecutar libremente. El hecho de que elija obedecer le da seguridad y lo convierte en dueño de sus actos. Claves para tener en cuenta • Hable a su hijo mirándolo a los ojos: refleja la firmeza que hay detrás de la orden. • Si con el contacto visual no logró llamar su atención, recurra al contacto físico: una mano en el hombro y una mirada serán más que suficientes. • No pida algo ni de una orden gritando: a la larga denota descontrol e inseguridad por parte de quien manda. • Evite discutir de igual a igual las órdenes con su hijo. Es imprescindible no ceder frente a sus presiones: llanto, quejas, gritos, golpes en la mesa. • Hable siempre en tono firme, pero calmo. • Procure que sus órdenes no sean fruto de un capricho personal: “Es hora de apagar la televisión (porque quiero ver yo)” porque eso lo desautorizara para futuras indicaciones. • No agobie a su hijo con múltiples indicaciones: “Cállate”. “Déjanos hablar”. “Siéntate bien”. “Come con la boca cerrada”. “Pide por favor”. • No repita varias veces la misma orden por que es síntoma de debilidad y un camino seguro hacia la pérdida de autoridad. • Evite desautorizaciones entre los padres. • No conviene dar indicaciones en forma de pregunta: “Cuántas veces te he dicho que ordenes tu cuarto?” Las preguntas no transmiten claramente lo que se espera de los hijos sino que manifiestan falta de convicción, debilidad o inseguridad por parte de quien las hace. Disciplina: premios y castigos Los castigos se relacionan con cumplimiento o no de una regla. En esta etapa se llega el sentido y la necesidad de ajustarse a las normas porque si niño descubre que respetarlas por el sentido de la justicia, de la lealtad, del orden, del derecho y de deber. En educación se requiere un gran sentido del humor y tendencia a desdramatizar. Se debe corregir y aconsejar con gracia, sin hacer tragedias, dejando entrever cariño. Nunca es conveniente castigar en medio de un enfado o bajo los efectos de la ira o excitación nerviosa. Conviene tomarse unos minutos de reflexión y de calma con uno mismo para corregir con amor, firmeza y paciencia pedagógica. Las explosiones de ira son siempre negativas. Los consejos tienen fuerza ganando en el corazón del niño: no basta solo con el prestigio de los padres, con respeto y a disciplina, hay que saber ganarse el afecto y la simpatía de cada hijo. ¿Cómo hacerlo? • Antes de castigar o de juzgar escuche a su hijo. El niño tendrá oportunidad para contar lo que ocurrió, podrá decir la verdad y así un castigo —será más justo a sus ojos— tendrá mayor efecto. • Procure que los castigos que le imponga a su hijo sean proporcionales a la falta cometida y no al grado de irritación o enfado que haya provocado en casa. • Si miente, habrá que descubrirlo en privado, pero si dice la verdad arriesgándose a ser castigado, habrá que valorarlo y hacérselo saber. Una vez llegado el momento de reprender, evite el castigo psíquico. En frecuentes consultas psicológicas y pedagógicas se escucha, de labios de propio niño castigado que lo que más le hiere es que su padre o su madre repitan un día tras otro, lo mal hijo que es y la vergüenza que sienten de haberlos traído al mundo. NO ES ACEPTABLE el castigo físico porque: • La relación padres e hijo queda en un lamentable estado. El rechazo afectivo, la acumulación de rabia y frustración es mayor. Además los problemas se agravan sin encontrar solución. • Sus efectos duran muy poco: el niño cesa su conducta pero no tarda en repetirla. • Puede desencadenar accidentes y heridas graves (quemaduras, fracturas). CON MUCHO AMOR, PACIENCIA Y FIRMEZA Y ESPECIALMENTE CON CONSISTENCIA, SE RESUELVEN TODOS LOS PROBLEMAS DE DISCIPLINA Juana Frontera-Fogel MD, Ed. M.S.

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