Algunas veces, los padres (con un
cariño mal entendido) pretenden evitar al hijo las dificultades que ellos
tenido. Lo sustituyen llevándolo hacia una vida cómoda, sin exigencias. Más que
proteger al hijo para que no sufra, se trata de acompañar y ayudarlo a superar
las dificultades que encuentra. Esta es la verdadera función de los padres:
“DARLE
A LOS HIJOS LAS HERRAMIENTAS, PARA QUE SEAN ELLOS QUIENES RESUELVAN SUS PROBLEMAS”
Crecer en autonomía: Conviene que los padres fomenten en el hijo la
fortaleza necesaria para afrontar las dificultades y los retos que la vida
plantea continuamente. Exigir cuesta esfuerzo porque parece que todo sale más
rápido y es menos conflictivo si los
adultos cargan con los esfuerzos y renuncias.
Desde
pequeños conviene acostumbrarlos a que coman y
se vistan solos, a que aprenda su nombre dirección, a realizar pequeñas
tareas en el hogar. Las actividades que impliquen un cierto alejamiento de la
“presencia” y “protección” de los padres, son modos adecuados para fortalecer la autonomía.
Cuidarlos no es sobreprotegerlos
Esfuércese
en la búsqueda de una personalidad madura, muchas veces un fracaso es más eficaz que el éxito.
Para que
adquiera el hábito y la capacidad de esfuerzo como algo personal es necesario
que su hijo entienda por qué tiene que sacrificarse y por qué debe renunciar a
la comodidad.
Conviene
fomentar especialmente las motivaciones internas, como la satisfacción por el
trabajo bien hecho y la alegría por el deber cumplido.
“La mejor
herencia que puede dejarle a su hijo consiste en dotarlo de la capacidad para
valerse por sí mismo, para llegar a ser útil a la sociedad y para que un día
pueda formar su propia familia”.
Claves para tener en cuenta
•
Plantéele metas a corto plazo. Conviene que sean diarias y bien concretas para
que usted pueda controlar más fácilmente: ponerse a estudiar, dejar la ropa
doblada por la noche, ayudar a mama a poner la mesa...
• Enséñele
a no quejarse de todo.
• Exíjale
que acabe lo que empieza.
• Procure
que su hijo coma de todo y termine todo lo que tiene en el plato.
• Fomente
que se gane con su esfuerzo lo que quiere conseguir.
• Antes de
hacer las tareas por él, conviene forzar a que lo haga el mismo (a pesar de que
a usted le lleve la mitad de tiempo hacerlo).
MENSAJE FINAL:
“Quien vive con su hijo de manera que éste se sienta
profunda y tranquilamente contento de ser quien es, le dá una herencia
inapreciable: la fuerza para enfrentar las tensiones, y el valor necesario para llegar a ser una persona comprometida,
responsable, productiva y creativa: una persona totalmente humana en su
contexto. De esta manera, nuestra inversión de amor, nutrición, tiempo,
energía y dinero darán frutos sin fin a lo largo de los tiempos. La ayuda que
se da al niño para que guste de sí mismo, es lo máximo que se le puede dar. Es
la manera más profunda de demostrar: A M
O R “
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