Nuevos estudios muestran que los niños que batallan con la identidad de
género también se enfrentan a mayores riesgos de abuso y problemas de
salud mental, que incluyen el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
"Estos niños en realidad son normales, simplemente desean ser del otro
sexo", apuntó Meyer, psiquiatra que trabaja con pacientes transgéneros
en la Rama Médica de la Universidad de Texas, en Galveston. "Los que
están bien ajustados y son bien aceptados en sus familias y en la
escuela no tienen problemas psiquiátricos".
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